Llevo días, meses, que digo?….llevo años cuidando mi cuerpo, o como dirían otros descuidándolo dado que peso 121 kilos a mis 40 años, ya casi 41.
Mi Reflejo en el Espejo
Desde mis 8 años empezó mi primera dieta, el primer doctor que vio en mi un reflejo de mi padre, niña alta, con algo mas de peso de lo habitual pero sin duda era una niña sana.
Pasados los años la comida una tortura, un trauma, tener que comer a escondidas, refugiarme en ella buscando consuelo de lo que falta en mi exterior.
No es la misma historia de siempre.
Aquí si llevo pocos años comprendiendo quien soy y que es mi cuerpo para mi. Para muchos soy el reflejo de una mujer que a abandonado toda esperanza de lograr estar delgada, me ven fea, descuidada, pieles colgando, piel mas arrugada, Ya no tengo 20 años.
Pero? como me veo yo? realmente me veo así como me dicen los demás?
El caso es que yo no me veo así, ayer mismo hablando con unos amigos y mi marido, con una copa de vino en mi mano fue el momento clave de mi crecimiento personal.
Yo a pesar de mis 121 kilos me veo en el espejo de la realidad, mi cuerpo no es estereotipo de belleza, pero si es el reflejo de mi vida, de mis depresiones, de mis maltratos tanto personales como externos, es reflejo de quien fui, esa persona que pensó mas en satisfacer las necesidades y objetivos de otros que los propios, dejando que la comida tomara el rol de dopamina que mi cuerpo necesitaba ya que no lo encontraba en mis seres mas cercanos.
Mi descubrimiento
Ayer, durante esa charla, la cual fue agradable, me vi en el espejo con mi barriga grande, con piel colgando, esa barriga que trajo al mundo un niño de 4,300 kilos. Me vi en el espejo, con mis piernas anchas de muslos y gemelos grandes, que han soportado largas idas y venidas en este mundo, piernas que me han llevado a lugares maravillosos, y que me han salvado la vida en momentos inesperados.
Me vi al espejo de la realidad, el espejo que me mostro quien soy, pero comprendiendo quien fui para lograr ser quien quiero ser.
Mis amigos con algo de peso, se reflejaban en un espejo de negativa realidad, soy hombre y tengo tetas, yo como poco y no bajo de peso, y mi marido, en especial mi marido, es una persona, atlética, deportista, no obsesionado, pero tiene constitución pequeña que come lo que quiere y hace mucho deporte, el en especial que no tendría porque verse reflejado en el espejo de la comparación fue el primero en decir que el reflejo de lo que vemos es la realidad y el que no debería tener complejos, también los tiene, se mira en un espejo y se ve a veces diferente y quiere cambiar su físico.
A todo esto llego la conclusión de que soy la única persona que es feliz con su cuerpo a pesar de los 121 kilos a mis 40 años casi 41.
Por que me veo mejor que el resto?
La respuesta es sencilla, se quien soy y se lo que he vivido, se exactamente el motivo por el cual estoy así, no me autoengaño en creer que es culpa de mi genética y otras creencias tradicionales.
Se que estoy así por que yo he querido estarlo, para protegerme, cree un roll que me es mas cómodo de llevar, mas sencillo de compaginar con mi vida diaria, me priva de cosas que no quiero hacer, me aleja de comentarios de los típicos «Te ves mas delgada» «uy te ves mas gordita» tengo ahora un peso justo tabú en el que pocos hablaran de mi directamente ni me aconsejaran.
Estoy así porque yo lo decidí y no hay mas excusas.
Tomando decisiones
Ahora el dilema esta, y por eso vengo aquí es que he de tomar decisiones tras comprender en que punto de mi vida estoy.
llego ya algunos meses haciendo deporte y me gusta, pero la comida es otro tema, este no he logrado separar los sentimientos de lo biológicamente necesario para vivir.
separar emociones de 40 años a mis espaldas refugiadas en la comida, no va a ser sencillo, pero no va a ser imposible.
por ello es que voy a continuar, a seguir mirándome al espejo, ver quien soy en realidad y comprender que cada cambio de mi cuerpo será reflejo de mi vida, no pretendo ser perfecta, ya lo fui, ya tuve un cuerpo bonito y atlético, ahora es momento de aceptar quien soy realmente para que en mis próximos 40 años de vida pueda mirarme al espejo, ver mi cuerpo con arrugas y reír de felicidad en mis últimos años comprendiendo que no perdí años por no tener un cuerpo perfecto sino que gane sabiduría y alegrías.